lunes, 1 de noviembre de 2010

Ángel, parte IV

Antes de leer, les recomiendo leer las primeras tres partes, no olvides recomendar y comentar, abrazos a todos.



El Pacto

Marcos despertó solo en la pieza, que de ahora en adelante sería suya, se levantó con la intención de lavarse la cara, antes de que cualquiera supiera que había estado llorando. Cuando miró el reloj que había sobre un velador, se sorprendió al comprender que era la mañana del día siguiente al que se había puesto a dormir.

Encontró a todos los demás tomando desayuno en la enorme cocina, incluyendo a Maria del Carmen, que conversaba muy entretenida con Pablo.

- Por fin despertaste amor, espero que hayas descansado – dijo Josefa sonriente - ¿no crees que es hora de que te des una ducha?
- Si, tengo la sensación que no me he bañado en 3 años – dijo Marcos.
- Son sólo 3 días pero créeme que es más que suficiente – agregó Josefa.
- Si lo que te preocupan son tus alas – dijo María del Carmen - no creo que vayas a tener mayores problemas con ellas, solo trata de usar un jabón neutro, y ten cuidado con el equilibrio.
- Estabas llorando mi niño – dijo Nuaneva (no era una pregunta) y agregó – ¿pesadillas otra vez?

Todos se quedaron expectantes y atentos, Marcos se sorprendió, más que de la curiosidad, de la enorme preocupación en la que se había convertido para ese maravilloso grupo de amigos que lo rodeaba. Suspiró lentamente y mientras se sentaba en la mesa y recibía el café con Leche que le entregaba su madre, decidió no esconder nada y contarles todo.

- Son tres pesadillas, por alguna razón, desde que tengo las Alas, las recuerdo con mayor claridad, la primera empieza conmigo sentado en una extraña silla….

Contó todo lo que había soñado, incluso como era conciente de que tenía alas, lo que le hacía comprender mejor algunas cosas de los sueños, también contó sus sensaciones y angustias, así como el dolor de ver a ese niño muerto.

Nuaneva era la más afectada con el relato, lo que no ayudo a Marcos a sentirse mejor, sin embargo no hizo preguntas, así como los otros, dejaron que la narración terminara antes de opinar.

- Vuelvo a sentir que se me abre la mente más de lo que estaba preparada – dijo Maria Del Carmen.
- Ahora entiendo tantas cosas – dijo Josefa - sabía que esos sueños no eran normales.
- ¿Quién sería el del periódico? -.

A todos les sorprendió la pregunta de Pablo, que hacía gala nuevamente de su capacidad de hablar poco, pero contundente.

- No lo se, pero a mi se me hacía familiar, tal vez algún político o algo así – dijo Marcos.
- Puede ser – comentó Pablo no muy convencido.
- ¿No recuerdas bien como eran los otros chicos? – Preguntó Nuaneva – Por que la chica (que debe ser la niña de Japón), es la única mujer entre los cuatro ¿no?
- Si es la única mujer, pero no recuerdo detalles de los otros dos, ya sabemos que uno esta en Australia, pero el chico de África aún no da señales de vida.
- Como a diferencia de ustedes – dijo Samuel – yo si hago mis tareas, les tengo algunas informaciones útiles.

La Chica se llama Etsuko Nakajima, tiene un año más que tú Marcos, y trabajaba de temporera en un pueblo de Japón. El de Australia se llama Derek Dickinson, y tiene 22 años, vive en New Castell, es salvavidas, los dos están siendo monitoreados. Lo otro, ya es público quien eres y no miraría mucho los noticieros si fuera tú, están exponiendo tu vida de una manera grosera.

- ¿Cómo sabes todo esto? – preguntó MC.
- La Internet – dijo Samuel – y hay otra cosa que también es delicada – agregó mirando a Josefa – Esta noche harán una entrevista exclusiva a un hombre que dice ser el Padre de Marcos -.

Josefa se puso pálida de golpe, de algún modo supo de inmediato que aquel hombre era Rubén, miró a Marcos con preocupación, como midiendo su reacción.

- No te niego que me provoca curiosidad verlo mamá – dijo Marcos con precaución – pero no es lo más importante en este momento.
- El chico de África aún no da señales de vida pero ya pude acotar más el pueblo donde pudo haber… recibido sus alas… - el citófono interrumpió el informe de Samuel, que fue a atender la llamada – Son ellos Marcos, los haré pasar al Living… ¿estás seguro de que quieres hacer esto? –.
- Amigos cerca… - dijo Marcos.
- Enemigos más cerca... – dijeron los demás.

Alejandro Silva y Esteban Martínez no tenían idea de lo mucho que se parecían, ambos vivían la frustración de no haber podido brillar todo lo que querían en la vida y ambos veían a Marcos como la oportunidad para lograrlo. Ninguno puso objeciones cuando les llegó el mensaje de que el chico con alas quería hablar con ellos, aunque (ambos también) imaginaron que la conversación era en exclusiva, por lo que les incomodaba la presencia del otro.

Cuando Marcos entró al Living, ninguno de los 2 invitados pudo disimular su cara de ambición, al doctor Martínez casi le corría la baba.

- Buenos Días, les doy las gracias por venir – dijo Marcos tomando asiento frente a ellos.
- Gracias – dijo el doctor Martínez – me alegro que hayas recuperado la cordura y entiendas la importancia que tiene esto para la comuni…
- Comunidad científica, lo se doctor – interrumpió – pero disculpe que por el momento me preocupe de lo que es más importante para mi.
- Por supuesto –
- Me gustaría garantizar mi papel en todo esto – dijo Alejandro – como periodista quiero cubrirlo todo en exclusiva.
- Al menos usted manifiesta sus intenciones sin rodeos, muy bien, este es el trato. Doctor, podrá hacer todas las pruebas y documentaciones que quiera, con tres condiciones.

La primera el periodista que tiene a su lado tendrá acceso en todo momento a todo lo que haga y tendrá derecho a hacerlo público, así me aseguro de que no tratará de diseccionar alguna de mi alas.

La segunda, la Doctora María del Carmen tendrá el crédito del descubrimiento, ya que ella determinó como ayudarme y sacar las alas de mi espalda.

Y por último, cada paso que pretenda dar me lo consultará a mí y a mis asesores.

- ¿Asesores? – Preguntó el Doctor algo incómodo – entiendo que quieras gente de tu confianza cerca, pero te recomendaría que me dejarás eso a mí, que tengo los conocimientos médicos adecuados.
- Es que dentro de mis asesores, también tengo a alguien con conocimientos médicos, y de toda mi confianza – dijo Marcos con seriedad.
- Puede ser, pero se me hará difícil trabajar con un desconocido – insistió el Doctor Martínez.
- No hay problemas entonces, ya que usted conoce muy bien a la doctora Maria Del Carmen Ángel – señaló Marcos mientras MC entraba al Living y se sentaba junto a él.

La palidez del Doctor Martínez solo duro un par de segundos, pero luego fingió muy bien una agradable sonrisa de aceptación.

- En cuanto a usted – dijo Marcos al Periodista – tendrá la exclusiva en lo que a mi respecta, pero no mencionará a nadie más a no ser en temáticas exclusivas a mi… condición, y no se meterá en mi vida privada, además necesito que me ayude en otra cosa - .
- Te escucho – dijo Alejandro luego de unos segundos de silencio.
- Quiero conocer a los otros dos chicos con Alas –.
- Haré lo que pueda, en general no me parece un mal trato, pero hay algo de lo que te enterarás dentro de poco, y tal vez no te agrade mucho.
- Lo escucho – dijo Marcos.
- Tú padre dará una entrevista esta noche para el Canal central, y hablará de por que no está contigo y de que le agradaría conocerte – Alejandro casi se alegró de que el pálido fuera ahora Marcos – a cambio de eso, pidió un contrato para ser el chef estable de uno de los Programas del canal por un año.
- ¡Ese miserable…! – se escuchó la voz de Josefa en el pasillo.
- Mamá ven – llamó Marcos, cuando ella se sentó a su lado agregó – no me importa que él aproveche eso, me da un poco de pena, no te lo niego, pero no podemos hacer nada para evitarlo.
- Esta bien hijo – dijo Josefa – pero no me lo pongas al frente, o le sacaré los dientes que le solté la última vez que estuvimos juntos con otro puñetazo.
- Si quiere puedo arreglar un reencuentro familiar – sugirió Alejandro – sería un golpe fabuloso.
- Lo pensaré – dijo Marcos – por ahora es todo lo que yo les tengo que proponer, si no aceptan, hay otros médicos y otros periodistas…
- Acepto – dijeron Ambos.
- Bien, solo… no olviden que aun soy un ser humano – Marcos suspiró profundamente – ¿Cuando empezamos?
- Puedo venir a buscarte después del Almuerzo, te internaremos en…
- Nada de internar – dijo Josefa – mi hijo ira al hospital y pasará cada noche en esta casa con toda su familia.
- Eh, esta bien, entonces a las tres vendré otra vez a buscarlo – dijo el Doctor.
- Tendré a mi equipo esperando – dijo el periodista.
- OK, a las tres empieza el Show entonces, los esperaré – dijo Marcos.

Una vez que se fueron las visitas Marcos se acercó a Nuaneva y le preguntó.

- ¿Cumplirán su palabra? -
- Creo que solo mientras les convenga, es una suerte de que te vean acompañado, sería muy distinto si no tuvieses a nadie – le dijo la gitana.

Marcos se preguntó si los otros tres jóvenes alados tendrían gente de confianza a su alrededor, y deseó con toda el alma que así fuera.


Trabajo Forzado


Mientras se sacaba la ropa para entrar, por fin, a la ducha, Marcos comenzó a tomar conciencia de los pequeños cambios cotidianos que implicaba esto de las alas. Sacarse la camisa o lo que fuera que se pusiese en el torso era toda una ceremonia, sus alas le imposibilitaban estar en cualquier habitación pequeña, y eso que las plumas aun no terminaban de crecer, aunque ya eran una capa gris casi compacta sobre su piel de pollo.

- Nunca más camisetas cerradas, todo abotonado – dijo mientras terminaba de sacarse la camisa por el extremo de una de las alas.

Ya desnudo, caminó hacia la ducha, Samuel le había dejado un frasco de jabón neutro en una orilla, pero el frasco se había volteado y derramó un poco en el suelo del baño. Cuando Marcos se acercó a recoger el frasco, su pie pisó algo del jabón y resbaló, automáticamente sus alas se expandieron y lo levantaron lo suficiente para que no se cayera en el duro piso de cerámicos, pero pasaron a llevar los muebles y hubo ruido de cosas desparramadas.

- ¿Estas bien? – preguntó Pablo desde afuera del baño.
- Si, no pasó nada, solo me resbalé – cuando iba a la ducha otra vez se detuvo a pensar - ¿Qué estás haciendo afuera del baño? No necesito que me acompañen a todos lados, al menos en esta casa – agregó un poco molesto.
- Fue tú santa madre la que nos obligó – dijo Samuel – y agradece que no cedimos a su deseo de que te bañáramos nosotros mismos.

Marcos alejo la horrible imagen de su mente y se metió a la ducha, la cual fue maravillosamente reconfortante. Sobretodo la sensación de sentir el agua correr por sus alas, las cuales habían dado su primera señal de “funcionalidad”.

Nuevamente los pensamientos de Marcos se centraron en el porqué, porqué él, porqué ahora, porqué Alas, porque las pesadillas, porqué los otros chicos, porqué el niño muerto. Mientras limpiaba su duro abdomen con el jabón neutro, pensaba en como sería su vida de ahora en adelante, y otra pregunta surgía en su mente “¿para qué?”.

- Un momento – dijo para si mismo - ¿duro abdomen? Yo jamás he tenido un duro abdomen…. ¡MAMÁ¡

Se arrepintió en el acto de haber gritado, Pablo y Samuel entraron al baño de inmediato y se podía sentir a las mujeres subir las escaleras hacia el baño donde estaba.

- ¡No!, que no entren, estoy bien – digo Marcos mientras se cubría con una toalla.
Pablo, se encargó de detener a Josefa, Nuaneva y MC. Aunque ninguna de las tres aceptó de buena gana el bloqueo al baño.
- ¿Que te pasó?, casi me matas de un susto – dijo Samuel – no me digas que ahora te salió una cola -.
- Muy gracioso, no es eso… es que, mírame – dijo Marcos un poco avergonzado.
- Que quieres que mire, eres mi amigo con alas… y… ¿pectorales? – ahora Samuel le miraba el resto del cuerpo - ¿desde cuando tienes esos músculos?
- ¿Qué músculos? – Preguntó Pablo mientras se volteaba – Marcos jamás ha tenido… ¡valla!

La verdad estaba a la vista, si bien Marcos siempre fue un largo y delgado joven, la ausencia de ejercicio físico lo tenía confinado a la categoría de flaco, pero ahora, parecía haber consumido cada gramo de grasa alrededor de sus músculos y algunos de ellos se habían desarrollado perceptiblemente.

- ¡Qué demonios pasa ahí dentro! – Dijo MC desde fuera – Pablo, déjame entrar, soy doctor por si no lo recuerdas.
- Ella tiene razón – dijo Samuel.
- Está bien, que entre, pero solo ella – dijo Marcos ajustándose bien la toalla.
- Lo siento señoras, pero solo puede entrar el Doctor – dijo Pablo – no es nada grave señora Jo, se lo prometo -.

Marcos escuchó a su madre protestar mientras MC entraba al baño.

- Bien – Dijo Maria del Carmen - ustedes dos fuera de aquí – ante esta muestra de autoridad Samuel y Pablo salieron sin decir una sola palabra, a someterse al interrogatorio de Josefa y Nuaneva.
- Eh esto, yo… nunca hice un abdominal y ahora tengo…- dijo Marcos señalando su cuerpo con el pudor subiéndo ardientemente por sus orejas.
- Ah, era eso, pues creo que es lo más natural – dijo Maria del Carmen – la mutación puede provocar estas cosas, tú piensas que puedes sostener 2 enormes alas y mantenerte en equilibrio solo con el esfuerzo de tu espalda, pero es el cuerpo entero el que cambia la posición. Según tus informes médicos anteriores, tenías una leve desviación en la espalda, por eso no podías hacer mucho deporte (eso me lo contó tú mamá), pero con las alas, la desviación se corrigió, y el esfuerzo por el que pasaste apenas hace 4 noches tiene que haber consumido mucha energía – MC hizo que Marcos tomara una postura mas recta y lo miró a los ojos – ahora, recuerda que en un rato más vendrán a buscarte, será mejor que te tomes eso como lo más natural que pueda haber, solo espero que no se te suban los humos por ser un muchacho muy guapo.

Luego de asegurar a Josefa que en realidad no pasaba nada malo, Marcos pudo devorar el gigantesco almuerzo que le habían preparado, cuando eran las dos y treinta minutos Marcos se preparó para una nueva discusión con su Madre.

- Quiero que te quedes acá mamá -.
- De ninguna manera – respondió Josefa.
- Estaré bien, ira MC y los chicos, pero si vas tú estarás preocupada todo el tiempo, no los dejarás sacarme una muestra de sangre siquiera -.
- ¿Y acaso crees que me quedaré más tranquila acá sola? -.
- Nuaneva se quedará contigo, no quiero que te expongan, y yo estaré mejor si se que te quedaste acá – dijo Marcos poniendo cara triste.
- Eso es chantaje emocional -.
- Aprendí de la mejor -.
- Mi niña – dijo Nuaneva – tu hijo tiene razón, se moverá con más libertad sin preocuparse de que te asustes a cada momento.

Josefa se quedó pensando unos segundos y aceptó de mala gana. Luego le dijo a Nuaneva.

- Eso que dijiste de moverse con más libertad, no solo se refiere a dejarlo ir al hospital, ¿verdad?
- Parece que no soy la única vidente en esta casa – respondió la gitana.

A las 3 de la tarde en punto, 2 camionetas entraron a la residencia de Samuel, en una de ellas esperaba el Doctor Martínez con una enfermera para acompañar a Marcos a la Clínica, en la segunda, Alejandro Silva y un camarógrafo esperaban atentos para registrar cada paso.

En el camino, Alejandro (que estaba en el mismo vehículo con Marcos, MC y Pablo) se mostraba muy simpático frente a la cámara y los trataba a todos como si fueran amigos desde la infancia.

- Tengo entendido que tu vida siempre ha sido bastante solitaria Marcos.
- No -.
- ¿Como es tu relación con la fe? -.
- Buena -.
- ¿Hay algo entre tú y la doctora Maria del Carmen?
- Esa pregunta es para mi amigo Pablo – dijo sonriendo, mientras Pablo enrojecía.
- ¿Algún romance?-.
- No -.
- ¿Alguien te interesa? -.
- … No -.
- ¿Qué piensas de la actitud de tu padre? -.

Por primera vez en toda la entrevista, Marcos reaccionó de una manera distinta, miro a la cámara y dijo.

- Ojala obtenga lo que quiere.

Ya en la clínica, el doctor Martínez, presentó al equipo médico que evaluaría a Marcos, había una amplia gama de especialistas, desde kinesiólogos hasta genetistas y, para risa de Maria del Carmen, un veterinario especialista en Aves. Luego de las presentaciones formales, se encaminaban hacia la sala de evaluación cuando Marcos pidió la palabra.

- Les agradezco a todos su ayuda, espero que esta experiencia sea útil, yo tengo tanta curiosidad respecto a esto como me imagino la deben tener ustedes. Agradeceré que compartan toda la información conmigo y con mi familia y eso incluye a la Doctora Ángel. Ahora veamos que pasa - .

Todos dirigieron una sonrisa a Marcos, que para su alivio, sintió la compresión de todos, menos del Doctor Martines, quien estaba claro que detrás de su falsa sonrisa habría hecho las cosas de otra manera, mucho menos… cordial para Marcos.

- Hablas muy bien para ser un chico tan tímido – dijo Maria del Carmen al oído de Marcos mientras caminaban – Gracias por incluirme en tú grupo familiar -.
- No fue solo por cortesía MC, de verdad agradezco que hayas estado de turno cuando pasó todo esto -.
- Las cosas siempre pasan por algo -.
- … Si – suspiró Marcos – solo espero averiguar pronto el porqué de esto… y el para qué -.

La tarde pareció interminable, muestras de sangre, electrocardiogramas, ecografías, pruebas de resistencia y control de sus alas, etc. Estudiaron los ligamentos nuevos que permitían el movimiento sus nuevas extremidades, y se determinó incluir un rehabilitador físico en el equipo para establecer los ejercicios adecuados que debía realizar para ver los límites de uso.

Según los expertos en anatomía, era físicamente imposible volar con las alas, lo cual provocó alivio en Marcos y desilusión en el Equipo periodístico, que esperaba representarlo como una especie de superhéroe. De hecho, según los análisis médicos, con excepción del corregimiento de la espalda de Marcos y la notable mejora en su estado físico (que todos atribuyeron a la nueva necesidad de soportar las alas), no había ninguna otra característica relevante o sobrenatural aparte del pequeño detalle de esas 2 enormes alas grises.

- Pero aún nadie me puede decir por qué me salieron alas – dijo Marcos un poco agotado de todo.
- Aun no Marcos muchacho, pero estamos seguros que podremos hacerlo, con toda la información que hemos reunido hoy – dijo el Doctor Martínez – aún así, nos queda mucho trabajo para las próximas semanas, esta es una carrera que pretendemos ganar.
- ¿Carrera? – preguntó Marcos sin entender.
- No creerás que eres el único que está siendo estudiado – dijo el doctor Martínez.
- Solo espero que los demás estén en las mismas condiciones de cordialidad que tú Marcos – agregó MC.

Los días siguientes estuvieron marcados por la profunda entrega del equipo de investigación, al cual se agregó el rehabilitador físico, un gigante de dos metros de alto y un enorme corazón que ayudaba paulatinamente a Marcos a dominar el uso de sus alas. Sin saber como o cuando exactamente, todo el equipo fue encariñándose con Marcos, con la clara excepción del Doctor Martínez, que seguía considerándolo un interesante objeto de estudio.

Cada tarde al volver a la casa de Samuel, tanto Marcos como MC debían pasar por el específico interrogatorio que les hacía Josefa, por otro lado Nuaneva estaba preocupada solo por como avanzaba el crecimiento de las alas, junto a los muchachos celebraron la presencia de las primeras plumas con forma definida, como si se tratara de los primeros pasos de un bebé.

Cuando se estaban cumpliendo las 2 semanas de entrenamiento, Marcos ya podía mover sus alas en completo control, el Doctor Martínez babeaba mientras trataba de salir en cuanta toma o foto hiciera el equipo de periodistas.


Rubén

Marcos llegaba a la puerta de la casa de Samuel, cuando vio que su madre salía a recibirlo, si bien era el gesto habitual, la expresión de Josefa indicaba con claridad que algo grave estaba pasando en el interior de la casa.

- Es Rubén – dijo Josefa – está adentro esperando para conversar contigo. Le dije que primero debías aceptar verlo -.

Todo se revolvió en el estomago de Marcos, acababa de ver por el rabillo del ojo que Alejandro Silva escuchó lo que Josefa dijo e inmediatamente le pidió al camarógrafo que se acomodara la cámara y lo siguiera, mientras que muy como si nada se instalaba a metro medio de las ya bien formadas alas de Marcos.

Cuando entraron todos a la casa, la imagen era muy poco amigable, Pablo y Samuel estaban parados frente a Rubén, con brazos cruzados y cara de pocos amigos, Nuaneva se movía en la cocina y solo se escuchaban el tintineo de sus adornos de metal, Josefa no sabía si había que hacer algún tipo de presentación formal o simplemente debía desaparecer del lugar.

Marcos miraba a este ser extraño, que se suponía que era su padre, pudo reconocer su larga nariz y las cejas, se alegró de ver que los ojos los heredó de su madre así como las orejas y la mandíbula.

- Hola hijo – dijo Rubén, que no lograba disimular la extrañeza que le provocaban las alas de su primogénito.
- Hola Rubén – dijo Marcos, serio, estirando su mano.
- Bueno, las circunstancias son inusuales, pero quiero que sepas que me da mucho gusto conocerte - .
- Ja! - exclamó Josefa.
- Mamá me gustaría hablar con Rubén, a solas – dijo Marcos – pero usted puede grabar si quiere, solo les ruego no interrumpir.

Rubén empezó a acomodar su pelo y se sentó de la manera en que se veía más delgado, Marcos se acomodó en el sillón e hizo gala de una expansión de sus alas para impresionar a su padre, también para intimidarlo un poco.

- Imagino que en la versión que manejas de las cosas, yo no quedo muy bien parado – señaló Rubén una vez que se quedaron solos.
- Tengo la firme sensación que no hay versión posible para quedar bien parado en una situación como esta – Marcos se tomó un segundo para pensar y continuó – Hubo tantos momentos Rubén, porque si las cosas no funcionaron entre usted y mi madre, eso no era un impedimento como para que usted manifestara algún tipo de interés en estos 20 años.
- No estás dispuesto a ver mi punto de vista, yo siempre quise que nosotros tuviéramos algún tipo de relación – se defendió Rubén.
- ¿Cómo va su contrato en la televisión? – preguntó Marcos.
- Ya no existe, era algo más provisorio de lo que yo esperaba –
- Ah, ahora comprendo la visita – digo Marcos – si lo ven con el joven con alas, al menos habrán un par de entrevistas por las que podrá cobrar, y tal vez también tendrá la oportunidad de volver a trabajar en televisión.
- Eres desconfiado como tú mamá –
- Yo soy todo, como mi mamá, es la única referencia que he tenido para todo, no se me dieron otras posibilidades. Por supuesto yo soy menos violento, ella ya le habría terminado de soltar los dientes que le movió cuando sugirió que me abortara -.
- Yo era muy joven, quería otras cosas, yo no quería que tú…
- Naciera – dijo Marcos, luego agregó con un poco de asco – Rubén, creo que con los minutos que lleva grabando la cámara, tiene más que suficiente para unos buenos meses, pero le aconsejo que sea precavido con su dinero, no sé si estaré en el país mucho tiempo como para brindarle estas situaciones de… ¿conveniencia?
- Alguna vez me tendrás que escuchar y llegarás a entender muchas cosas – dijo Rubén.
- Bueno, entonces es mejor que no hablemos hasta ese momento, ya puede irse, el entrenamiento me dejó agotado y necesito descansar.

Cuando Marcos veía que Rubén se marchaba en el radio taxi, no pudo dejar de pensar que su madre tenía muy mal gusto para los hombres. ¿En qué momento de su vida ella se involucró con un pelmazo tan desagradable?

- Hijo – tanteó Josefa desde un rincón – ¿estás bien?
- Si mamá, acabo de tener una experiencia muy extraña, por muchos años pensé que me hacía falta y ahora me doy cuenta de lo afortunado que soy de que se halla alejado de mi. Aún así, me dio gusto conocerlo -.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ángel , Parte III

(si vas a leer esto, te recomiendo leer las primeras 2 partes, o te perderás.. ahh y no olvides recomendar y comentar)


Las Señales en el cielo

- A ver, esto es lo que se – Dijo Nuaneva – los cuatro hombres con alas llegarán con diferencia de un año al planeta, a mi me toca el menor de los 4, o sea tú. Todos nacerán poco antes de la media noche del 11 de febrero…
- Marcos nació a las 0:58 horas del 12 de febrero – aclaró Josefa.

- No mi niña, Chile cambia la hora a conveniencia para aprovechar la luz durante el verano e invierno – comentó Nuaneva, mientras Marcos se asombraba de enterarse que toda la vida ha celebrado su cumpleaños el día equivocado – los hombres con alas nacerán en distintos puntos y deberán reunirse para completar su misión. El cielo marcará el lugar donde obtendrán sus alas…

- ¿El cielo?- preguntó Samuel.
- Supongo que hace referencia al círculo en el cielo – acotó Pablo.
Mientras Samuel se quedaba pensando algo, el cerebro de Marcos parecía dar vueltas dentro de su cabeza “una marca en el cielo”, “salvar al mundo”… “alas”… “ALAS”. Cuando estaba comenzando a tener una crisis de angustia, Samuel saltó de su asiento sorprendiendo a todos, lo que cortó de alguna forma el nudo que Marcos tenía en el estómago.

- La Internet – dijo Samuel saliendo en dirección a la oficina de su padre.
Pablo puso los ojos en Blanco, Marcos habría echo lo mismo de no haber estado tan asustado. Era el gesto que solían hacer ambos cada vez que Samuel les decía “la Internet”, que significaba que no encontraban solución a algún problema y que solo la red les daría la respuesta, con el argumento de que “si no está en la red es por que no existe”, Samuel había desarrollado una especie de fe ciega, para él era lo más parecido a un camino espiritual o religión.

- ¡Qué están esperando, vengan acá! – les gritó Samuel desde la oficina.
Cuando todos llegaron a la habitación, Samuel ya estaba frente al computador encendido, su gran monitor mostraba un globo terráqueo que se podía mover a la voluntad del operador – este servidor manda fotos actualizadas de la tierra a través de los satélites, el circulo de ayer se formó a eso de las…

- 9:30 de la mañana, más o menos – dijo Marcos – no recuerdo a que hora desapareció.
- Creo que cuando llegaron del instituto a la casa chicos, a eso de las 3 de la tarde – dijo Josefa.
- Eso nos da un buen margen – aseguró Samuel – es cosa de ver las fotos de esa hora sobre Chile, y ver si un fenómeno parecido se repite en otras partes del mundo.
Durante unos segundos en que Samuel hacía girar el Globo terráqueo en el monitor y lo enfocaba sobre Chile, las imágenes se fueron alterando mientras cargaban las fotos que un lejano satélite registró durante la mañana del día anterior. Marcos no pudo evitar pensar en que su vida era absolutamente normal en esos momentos, hace tan pocas horas.

- Ahí esta la marca – dijo Nuaneva.
Todos se concentraron en la foto, que Samuel amplió un poco acercando la imagen, una gran masa de nubes que cubría casi todo el cono sur, y que en un sector hacia el centro de Chile mostraba un pequeño, pero claramente definido, círculo. Con otro acercamiento más, se logro distinguir la ciudad de Concepción, extrañamente nítida.
- Es muy extraño – comentó Pablo.

- ¿Que cosa, el círculo, el calor que hizo durante el día de ayer, los dolores de Marcos o las alas? – Dijo con ironía Samuel – por que a mi me parece todo de lo más cotidiano – Marcos no pudo evitar reírse un poco.
- Me refiero a las nubes, simpático, tienen la forma de un ala – comentó Pablo con una sonrisa de superioridad.

Nadie más lo había notado hasta ese momento, Samuel alejó la imagen para distinguirla mejor y en efecto la inmensa masa de nubes tenía la forma de una enorme ala.

- Hay otra sobre África – dijo Josefa.
- Giraré el globo un poco – dijo Samuel – ahora acerco al ala de acá… y listo, ahí tendría que estar nuestro colega Ángel.
En un punto de la nube de África, casi en el centro del continente, se distinguía un círculo muy parecido al del cono de Sudamérica.
- Esta cosa es maravillosa – dijo Nuaneva – ¿Dónde están las otras Alas?
- Australia, casi en la costa – dijo Samuel – y… ¿Qué parte de Asia es esa?
- Japón – dijo Pablo – estudiamos ese mapa el mes pasado para comercio internacional -.

- Bueno, ya tenemos una idea clara de donde están los otros pajaritos – comentó Samuel y mirando a Nuaneva agrego – ahora díganos que tenemos que hacer para ayudar a nuestro amigo señora -.
El teléfono de Josefa sonó en ese momento, cuando vio el número en su celular salió de la oficina con un “disculpen”.

- Lo primero que tenemos que saber – dijo Nuaneva hablando a Marcos – es lo que has decidido tú amor, no puedo dar un paso más a no ser que decidas hacerlo -.
- Pero hacer qué Nuaneva, aun no lo entiendo, la verdad es que me siento muy perdido, yo… te creo, pero… - Marcos comenzó a angustiarse – pero esto es demasiado grande para mí… ¡Tengo Alas! No puedo salir a la calle, te aseguro que me las cortaría con un cuchillo si pudiera, aunque no se si resulte, me dices que tengo que decidir pero con esto… es como si no me dejases opción… yo no creo que pueda…
- ¡Vean la televisión! – Dijo Josefa entrando a la oficina – ese médico de pacotilla esta hablando de mi hijo por el canal nacional –.

Samuel, en un rápido movimiento, tomó un control remoto y encendió el plasma que había en la oficina, puso el canal nacional y en efecto, la figura del doctor Martínez, en lo que al parecer era una conferencia de prensa, apareció en la pantalla.

“… aun no tenemos claridad, respecto a las razones de por que sucedió esta mutación. Puedo asegurar, sin embargo, que no se trata de nada contagioso o con características infecciosas, los exámenes que apliqué personalmente lo demuestran. Lo que más nos preocupa es la salud mental de nuestro Mario” (es Marcos grandísimo imbécil – dijo Josefa ) “él puede estar muy afectado por la situación, y tal vez no comprende las dimensiones de lo que le está ocurriendo, por lo cual hago un llamado a su familia, para que se acerquen a este hospital, que ha sido cuna de este maravilloso acontecimiento, de todas formas me comprometo personalmente a seguir investigando, y más adelante haré publico mis descubrimientos a la comunidad científica respecto a este hecho único en el mundo”.

- La doctora Ángel llamó para avisarme, trató de impedirlo pero no la dejaron entrar en la conferencia de prensa – dijo Josefa – miren, es el periodista -.

“Este equipo tuvo acceso, en exclusiva, a imágenes del Ángel, no pudimos obtener información respecto a cuales son los objetivos de su presencia entre nosotros, pero reportes de nuestra sala de recepción satelital nos indican que él no es el único que ha llegado a La Tierra, se han notificado dos casos más, uno en Australia y otro en Japón, donde también han causado gran revuelo entre la comunidad científica y una enorme cantidad de discusiones entre las distintas religiones, los que analizan las posibles repercusiones espirituales que pueda tener la llegada de tres ángeles a la tierra, a continuación, repetiremos nuevamente los momentos en que el ángel huye del hospital en una camioneta junto a un grupo de desconocidos (las imágenes mostraban a Josefa y Marcos corriendo por el pasillo a la calle y luego subiendo a la camioneta de Samuel), momentos antes, este profesional trató de obtener información de primera fuente, sin embargo fue violentamente rechazado por el ángel. Desde el Hospital Regional de Concepción, Alejandro Silva”, luego la locutora del Noticiero habló. “Gracias Alejandro, El Vaticano se ha negado a dar una opinión oficial respecto a estos 3 acontecimientos, según fuentes internas, las autoridades Católicas están enfocadas a determinar la veracidad de estos sucesos antes de emitir una opinión al respecto. Sin embargo ya algunas iglesias de sectores protestantes han manifestado su profundo respeto a….”

- Creo que no vale la pena seguir escuchando – dijo Samuel apagando la televisión.
Hubo unos segundos de silencio, todos se volvieron hacia Marcos, tal vez esperando que continuara diciendo lo que Josefa interrumpió con el anuncio de la doctora Ángel. Sin embargo él no quería hablar más de momento.

- Me gustaría dejar en claro algo – dijo Pablo, llamando la atención de todos – aun tenemos que averiguar muchas cosas, y hay un montón de ellas que creo que no cabrán en mi cabeza, siempre he sido bastante pesimista y desconfiado, pero yo creo que ti Marcos, creo que eres un gran tipo, y junto a Samuel y la Señora Jo, son la familia que me hubiese gustado tener siempre, así que no quiero que se te pase ni por un minuto que te dejaré solo en esto. Lo que quiero decir es que cuentas conmigo compadrito, por que si hay algo que creo en esta vida, es en ti.

- Wow – dijo Samuel – éste habla poco pero contundente, pues yo me sumo a lo que dice Pablo, si no estoy yo, ¿qué sería del Trío Maravilla?
- Esto no es para bromas chicos – dijo Marcos – no se trata de pasar un examen en el instituto o decirle al profesor que nos de más plazo para un trabajo -.
- Ellos lo saben amor – dijo Nuaneva – y no creas que no están asustados, solo te dicen que no estas solo en esto, creo que es algo que no todos los hombres con alas podrían decir – luego de un suspiro agregó – creo que ha llegado el momento de contarte todo lo que se, bueno, a parte de lo que ya te había dicho.

Samuel y Pablo se pusieron de pié como para emprender una retirada, pero Nuaneva les hizo una señal para que se quedaran. “Mientras más seamos, más cabezas pensarán las cosas”.

- Es muy importante que entiendas, que todo lo que se en forma instintiva lo he tratado de complementar investigando, cuando era joven, recorrí cuanta biblioteca se cruzara en mi camino, siendo una gitana nómada eso era bastante, luego llegaron los computadores y al igual que Samuel, encontré que la Internet era maravillosa si se sabía usar.

Los 4 hombres con alas no se deben esconder, en parte, su misión es llamar la atención, claro que primero deberán lograr ser aceptados por la sociedad. Antes de reunirse, deben dejar asegurado aquello que no están dispuestos a sacrificar, para luego emprender algunos viajes. Se que puede sonar un tanto a fanatismo, pero se trata de salvar al planeta, por lo que tendrás que decir y hacer cosas que no serán agradables para algunos seres humanos, generalmente algunos más o menos poderosos.
Cada uno de ustedes 4 tiene una particularidad, que se complementa con la de los demás, yo no se cual es la tuya, tendrás que descubrirla tú solo. A cada uno se le asignaron guías, en este caso yo, pero solo te puedo instruir al principio, pronto voy a morir…

- ¡Que! – Exclamó Marcos – ¿y me lo dices así tan tranquila?


Nuaneva


El Siglo 20 estaba por comenzar cuando nació Nuaneva. El grupo de alegres nómadas, se encontraba en una hermosa zona selvática de Venezuela a pocos kilómetros de una playa, la primavera había llegado pocas semanas antes, lo que provocó una explosión de enormes flores multicolores.

Danae, la madre de Nuaneva, era la hija del jefe de la tribu, y la feliz esposa de Apolo, uno de los más fuertes y hermosos hombres de la comunidad, así como el matrimonio de ambos fue uno de los mas festejados que se recuerda en la historia gitana (se invitó incluso a tribus rivales a los 10 días de celebración), también la noticia del embarazo fue uno de los más importantes acontecimientos para los corazones de todos los que conocían a la pareja.

Para la tribu en si, era un verdadero respiro de alivio, ya que hacía 7 años que entre sus mujeres no había un embarazo, lo que se consideraba una especie de maldición. Así, se consideró que el nombre del primogénito de Apolo fuera Adán o Nuaneva (que significa “nueva mujer”).

Los partos gitanos de la época eran en las carpas y bajo la asistencia de todas las madres de la tribu. La más vieja de las abuelas dirigía el rito que incluía esperar el primer grito de la madre para iniciar los procedimientos, muchas ollas con agua de manantial, hierbas y telas blancas para recibir a la criatura y los cantos en Romané para bendecir el nacimiento y consagrar la vida del bebé a la Santa Sara, pero por sobre todo, el inmenso amor a Danae por parte de todas las presentes en la carpa, aseguraban que nada saldría mal. Aunque también había un poco de temor, la madre de Danae había muerto al darla a luz.

Pero el grito no llegó, Danae sintió como su vientre se movía sin incomodidades, y logró distinguir bajo su piel las manitas del niño que buscaba a tiendas la salida de su cuerpo, ni se asombró cuando de sus genitales salió un enorme chorro de agua. Las asustadas eran las otras madres, que a un gesto de la Abuela comenzaron a moverse por todos lados. Trayendo telas, lavando con agua y miel los brazos y piernas de Danae, fregando con avena y leche el vientre, para evitar estrías y colocando las hierbas aromáticas alrededor de la cabeza de la madre, para que el bebé naciera con buenos recuerdos.

Cuando ya estaba claro que Danae era indolora por alguna razón que no servía de nada cuestionar en el momento, la Abuela le ordenó que pujara, una vez comprobado que el bebé estaba en la posición correcta. Luego del primer intento se pudo ver la cabeza del niño, y al segundo la criatura salió en completa tranquilidad, para ser lavada y envuelta en telas.

Antes de mostrarla a la madre, la Abuela tenía que ver a la bebé, comprobar su sexo y ver el correcto estado del cordón umbilical, para así saber que efectivamente era hija de Danae y no un espíritu suelto que invadió un cuerpo para nacer (en ese caso habrían sacado al bebé de la carpa para dejarlo en el suelo y que se las arreglara por si solo).

Como todo estaba en orden, la Abuela ahueco la mano para golpear la espalda del bebé y así infundirle la respiración, pero nuevamente el gesto fue innecesario, la niña respiraba a un ritmo normal, y hasta tenía abiertos los ojos, lo que era en extremo inusual.

- ¿Está todo bien Abuela? – dijo preocupada Danae.
- Si hija, es solo que… creo que tu niña ya tiene muy claro a lo que viene a esta tierra – comentó la Abuela, pasándole el bebé a su madre, que la acomodó en su pecho para darle de mamar.

Cuando la Abuela miró a las otras madres con una sonrisa de aprobación, empezaron los cantos de felicidad, que llegaron a oídos de Apolo que caminaba preocupado fuera de la Carpa, y de Napoleón el Jefe de la tribu y padre de Danae, que a través de la letra de los cantos se enteraba que tenía una nieta. Más tarde, y ante la ausencia absoluta de llanto, Napoleón aseguraba que Nuaneva era tan valiente, que hasta la muerte se la tomaría con tranquilidad.


Paso a Paso


- No me moriré mañana si eso es lo que te preocupa amor – dijo Nuaneva risueña – quiero asegurarme que te ayudé todo lo que pude, y creo que me quedan unas… (Mira al cielo como calculando) dos o tres semanas -.

De alguna forma, la noticia de que esta mujer, que había llegado a su vida hacía un par de horas, tenía un par de semanas más de vida, entristeció a Marcos y a los otros mucho más de lo que pensaban que sería posible.

- Lo dices como si supieras todo lo que va a pasar – dijo Josefa con pena.
- No mi niña, lo que se es lo que no va a pasarme, y eso me tiene tranquila. No hay garantías de que los guías lograrán estar junto a ustedes – agregó mirando a Marcos – no había garantías de que yo reconociese a tu madre, ni que estuviera viva cuando recibieras tus alas, estoy feliz de haber estado junto a ti, y espero que a los otros les haya ocurrido igual. Pero ahora tienes que decirme, que harás.

La pregunta que Marcos había estado evitando durante tanto tiempo, que se resumía a interminables 4 horas, ya no podía seguir ausente y aunque se sentía perdido y casi podía jurar que tenía que haber un error, su respuesta fue.

- Haré lo que pueda Nuaneva -.
- Eso es lo que esperaba de ti – dijo la anciana con una enorme sonrisa – y ustedes, ¿Qué harán? – agregó mirando a los demás.
- Pues como los mosqueteros – dijo Samuel y a continuación en conjunto entonaron “Todos para uno y uno para todos”, ante la emocionada mirada de Marcos.

Nuevamente sonó el celular de Josefa, cuando atendió, hizo una señal a Samuel para que la acompañara afuera de la oficina. Durante unos minutos solo hubo silencio, y por algún motivo Marcos se empezó a sentir menos asustado, aún cuando sus alas le empezaron a picar. Estaba a punto de pedir que alguien le rascara, cuando por la entrada de la oficina llegó Josefa con Samuel que traía una sonrisa de oreja a oreja y una mirada de picardía, que Marcos había visto en otras ocasiones. Luego de ellos, entró por la puerta una mujer preciosa, que acabó con las ganas de rascarse de Marcos y cortó la respiración de Pablo.

Definitivamente, a la doctora Ángel no le venía la bata del hospital. Verla ahora con jeans y una Blusa de calle ajustada, su cabello suelto y con los labios pintados, era estar frente a una mujer completamente distinta a la que todos conocieron en el hospital, sin contar que los zapatos altos le daban un porte elegante (a diferencia de las planas zapatillas de su uniforme). Samuel miraba a sus amigos con un gesto de superioridad, como diciendo “yo la vi primero”. Marcos comprendió en absoluto la mirada de picardía y Pablo simplemente olvidó el motivo que los tenía a todos reunidos en el lugar.

- Doc… ¿doctora? – preguntó Marcos.
- Llámame Maria del Carmen, o MC (emcí) como mis amigos de la universidad – dijo con una sonrisa, algo cohibida por la mirada de Pablo – tú mamá me dio la dirección, quería hablar contigo y saber como estas -.
- uf… Como estoy… creo que eso lo podemos dejar para otro rato, por ahora… preferiría que habláramos, necesito su opinión respecto a algunas cosas -.
- Alto – dijo Josefa – creo que todos necesitamos comer, así que Nuaneva, muchachos, acompáñenme a la cocina – la gitana y Samuel se movieron al instante – Pablo… ¡Pablo! -.
- Eh…ah si, perdón – dijo Pablo como despertando, para levantarse de su silla y salir de la oficina, rojo como un tomate.


Ya en la cocina, mientras Josefa hacía un inventario de los utensilios y alimentos disponibles, Samuel hacía unas llamadas telefónicas, a su lado y con aspecto sonámbulo estaba Pablo, que apenas articulaba palabras. Una vez que terminó la llamada, Samuel se dirigió a Josefa.

- Señora Jo, quiero que se venga con Marcos a esta casa, no es por despreciar la suya, pero tenemos más seguridad y estamos mejor equipados para cualquier cosa acá. Mis Padres están en Nueva Zelanda y volverán en 2 o 3 meses.
- Samuel, te lo agradezco pero…
- Pero nada – cortó – piense en la cantidad de gente que querrá acercarse a Marcos, no todos con buenas intensiones, acá estarán mejor, puede seguir trabajando y por el dinero no se preocupe, tengo para tres vidas más malgastando.
- … Está bien – dijo Josefa – pero yo cocino, tú no lo haces mal, pero la verdad, no me llegas ni a los talones – agregó con una sonrisa.

- Eso lo sé señora Jo, lo hice a propósito para que se compadeciera de mí – rió Samuel – Nuaneva, me gustaría que usted también se quedara, si le queda poco tiempo, es mejor que esté cerca de Marcos todo lo que pueda, además acá tenemos muy buenos doctores que…
- Hijito, hijito, no digas nada más – dijo Nuaneva – acepto encantada, pero respecto a los médicos no creo que puedan hacer mucho por mí, ni siquiera se de lo que me voy a morir, así que no tendría instrucciones para darles.
- Respecto a ti – dijo Samuel dirigiéndose a Pablo – vamos a tener que poner en marcha el plan B, entre lo de Marcos y que ahora te picó el bichito del amor, no servirás para mucho que digamos -.

Pablo miro extrañado a Samuel, pero ni hizo esfuerzos para tratar de entenderle, las mujeres se miraron divertidas durante un momento, pero luego, la mirada de Josefa se volvió triste.
- No mi niña – dijo Nuaneva – nada de tristezas, yo estaré bien, y tú tienes mucho de que preocuparte como para tenerme de carga en tú cabeza.
- Esta bien Gitana – dijo Josefa con inusitado cariño – pero cuando se acerque la hora, quiero estar contigo ¿de acuerdo?
- De acuerdo mi niña – respondió Nuaneva emocionada – eso sí que será un regalo del cielo.
- ¿Samuel? – Preguntó Josefa - ¿Cuál es el plan B?
- Eh, creo que mejor se lo explico después, una vez que sepamos si se puede hacer o no – contestó el aludido con una sonrisa enigmática, Josefa prefirió no insistir.

Luego del almuerzo, que MC calificó como la mejor comida de su vida, todos se acomodaron en el living para conversar los pasos a seguir. Una vez que Josefa habló del gentil ofrecimiento de Samuel, que Marcos no discutió en ningún punto, esperaron unos segundos a que este dijera lo que pensaba.

- Llamaré al periodista y al Doctor Martínez para que vengan aquí mañana – dijo Marcos, ante la sorpresa de todos – creo que es lo mejor por el momento y Maria del Carmen está de acuerdo conmigo -.
- Creo – dijo la doctora – que mientras más información demos de la condición de Marcos, habrán menos mitos y menos especulaciones, y solo me refiero a la condición física – dijo mirando a Nuaneva - Marcos me ha contado lo que ustedes conversaron… debo reconocer que en otro momento o bajo otras circunstancias, les recetaría antisicóticos a todos, pero frente a esto – señalo las alas – mi mente solo espera ser lo bastante amplia para comprender y aceptar. Pero científicamente hablando, estamos ante una mutación y hay que buscar sus orígenes empíricos, independiente de la dirección que tome esto a niveles espirituales.

- ¿Estás seguro hijito? – Preguntó Nuaneva – yo se de corazón que puedes confiar en Maria del Carmen, pero tanto ese otro doctor como el periodista, solo quieren fama personal, no están pensando en tu bienestar -.
- Lo sé Nuaneva, y les daré toda la fama personal que pueda, pero me aseguraré el bienestar – dijo Marcos, que se movía de forma extraña.

- ¿Te pasa algo hijo? – preguntó algo alarmada Josefa.
- Nada, hace un rato me están picando muy fuerte las alas.
- Déjame mirar – dijo Maria del Carmen acercándose, tocó la piel de una de las alas y Marcos se rió por las cosquillas.
- Es como si me acariciaran el pelo – dijo con una sonrisa mirando a MC.
- Es como si tuvieses un nuevo par de brazos – dijo la Doctora – de a poco irás sintiéndote más conciente de ellas… sobretodo cuando…
- ¿Cuándo que? – preguntó Marcos intrigado.

- eh… sobretodo cuando terminen de crecer las plumas que veo salir – dijo Maria del Carmen – debe ser por eso la picazón, se ven unas pelusas, más adelante tendrás que preguntarle a un Veterinario, pero por lo que veo ahora, tus plumas no serían blancas, si no más bien…
- Grises – completó Marcos, mientras todos se acercaban a mirar.
- Al menos no son fucsias ni multicolores – dijo Samuel – hasta ahí habría llegado nuestra amistad.

- ¡Oye! – dijo Nuaneva ofendida ajustándose la bata multicolor, provocando que todos se rieran.
- Ahora que veo a Nuaneva – habló Pablo para sorpresa de todos – creo que ustedes tienen que ir a buscar ropa a sus casas si se van a quedar acá -.
- Ven que habla poco pero contundente – dijo Samuel abrazando a su amigo – incluso cuando se nos enamora.

Nuevamente todos rieron, menos Pablo y Maria del Carmen, que después de unos segundos de confusión enrojecieron en forma más que evidente. Marcos aún estaba muy cansado, así que Josefa lo mandó a dormir bajo el cuidado de la doctora y Pablo, mientras ella con Nuaneva y Samuel, iban en la camioneta a buscar cosas a sus respectivas casas.

Marcos se deslizó en la suave cama de los padres de Samuel y, a pesar de la picazón, se durmió casi de inmediato.

La Tercera Pesadilla


Marcos se encontraba dentro de un gran salón, nuevamente fue conciente de sus alas, a diferencia de las otras ocasiones en las que había tenido ese mismo sueño. El lugar era amplio e iluminado, como si el sol entrara por todos los lados de las distintas ventanas que al parecer, eran enormes vitrales.

La chica estaba ahí, con unas hermosas alas negras, arrodillada en el centro del gran salón, estaba llorando y Marcos pensó que era lo más hermoso que había visto en su vida. Se acercó para consolarla, pero cuando ella lo vio, lo rechazó violentamente, para luego gritarle en un idioma que Marcos no conocía, sin embargo de alguna forma, las palabras tenían un claro significado para él… “¡ES TÚ CULPA, ES TÚ CULPA!”, gritaba la chica, mientras le mostraba horrorizada a un hermoso niño oriental, que por su color, había dejado de respirar hacia mucho tiempo.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Ángel , Parte II

El Embarazo


Josefa tenía 27 años cuando supo que estaba embarazada, la principal sorpresa radicaba en el simple hecho que según los médicos, la posibilidad de embarazo era casi nula, uno de sus ovarios no se había desarrollado y el otro producía muy pocos óvulos. Sin embargo, esta reflexión duró menos de un minuto, para dar paso a una profunda alegría y, aunque por el momento el embarazo solo se manifestaba a través de molestias y nauseas, Josefa se sintió enamorada de su hijo desde la confirmación que le dio el asombrado Doctor.

Rubén, el novio de Josefa, era un chef ambicioso y encantador, con un carisma que le hizo ser un adecuado candidato dirigir el equipo de cocina de un famoso hotel de Santiago, por lo que se preparaba para ir a la capital, después de estar instalado, Josefa lo seguiría. Pero la noticia del embarazo no le agradó para nada, ya que se suponía el viaje a Santiago era el inicio de una vida sofisticada y entretenida, la responsabilidad de un hijo no calzaba en sus planes.

Dos molares se le soltaron de la mandíbula a Rubén, luego del puñetazo que le dio Josefa. No hubo más respuesta que esa a su propuesta de un aborto, que también significaba que la relación terminaba y que nunca más le ayudaría a mejorar sus recetas. Como resultado, Rubén tuvo una corta carrera capitalina, los comensales tenían que fingir que sus platos eran maravillosos, cuando en realidad no tenían nada especial sin la sazón de Josefa. Y así Rubén deambuló por algunos locales para luego diluirse y desaparecer tanto de la alta clase social Santiaguina, como de la cocina.

Luego del puñetazo, Josefa casi pierde a su bebe producto de una fuerte caída por las escaleras, pero no resultó ser nada grave.

Por otro lado, los padres de Josefa estaban felices de que su única hija fuese a darles un nieto, ambos ya no contaban con parientes en el mundo y una de sus preocupaciones era de que su hija se quedara sola una vez ellos hubiesen muerto. El tema de ser abuelos, hacia que don Miguel durmiera con una sonrisa en el rostro, mientras que doña Angélica tejía con pasión la ropa para su nieto, todo en tono azul, por que ella sabía que el bebé era un hombre.

A los 6 meses de embarazo, Josefa fue asaltada, el ladrón al huir le propinó un fuerte golpe en el vientre, pero no resultó ser nada grave.

Poco antes del parto, Josefa caminaba por el centro de la Ciudad, cuando una mujer se le acercó, era una anciana de hermosos ojos miel y expresión amable que decía Llamarse Nuaneva. Tenía aspecto de gitana, aunque de alta categoría.

- Llevas en tu vientre un hermoso regalo al mundo – le dijo, luego de que Josefa le agradeciera el cumplido, la anciana agregó – seguro que serás muy sobre protectora, pero no podrás evitar que vuele, cuando llegué ese momento, no te asustes, el sabrá como volar.



El Periodista



- ¿Alas? – Exclamó Josefa muy confundida - ¿Cómo que Alas?

La doctora Ángel explicaba a Josefa y sus amigos lo que había sucedido, aunque más que una explicación, era una narración de los hechos, ya que ella tampoco entendía nada.

- Lo importante señora es que después de…de que … bueno de que salieron las Alas, él empezó a recuperarse, las mismas heridas de salida dejaron de sangrar casi de inmediato, y su fiebre bajó, ya no siente dolor…
- ¿pero puedo verlo?... necesito verlo – dijo Jo.
- Ehh si claro, él ya esta consiente – tanto Josefa como los chicos se levantaron de sus asientos – lo siento solo la madre.

Cuando Josefa estaba por entrar a la sala, desde el pasillo se vio a un grupo de gente que entraba corriendo.

- ¿Es verdad que acá hay un ángel? – preguntó quien al parecer comandaba el grupo aquel.
- Si – contestó la Doctora – soy yo, mi nombre es María Ángel (mostró su credencial) ¿se puede saber que desean?-
- Me llamo Alejandro Silva, soy periodista de canalsur, recibimos una llamada que nos aseguró que a alguien que vino a atenderse de urgencia, le habían salido alas, ¿sabe algo al respecto? –
- Comprendo – dijo la doctora Ángel sin mostrarse alterada – la verdad no se mucho, pero en el segundo piso puede haber más información -.
- ¿Lo llevaron allá?-
- No, pero es el área de psiquiatría, creo que usted lo necesita. Ahora váyase de acá o llamaré a seguridad – luego se escabulló con Josefa en la sala.

Alejandro no se quedaría tranquilo con esas respuestas, el corazón le latía con una emoción nueva desde que atendió el teléfono en la pequeña oficina del canal. Donde generalmente llamaban para avisar de una pérdida o un asesinato, que nunca era tan horroroso para ser considerado en el noticiero de la sede central en la capital, por lo cual él solía pasar el turno nocturno esperando que llegara la llamada de su vida, y algo le decía que eso era, por imposible que sonara, tal vez sería una estafa muy bien hecha, o algún pastor que quería dárselas de milagroso.

Sin importar que fuera en realidad lo que pasaba, las caras de asombro de los funcionarios del hospital, le provoca una curiosidad que se transformaba en un asqueroso morbo. Nada lo detendría en saber que pasaba… estaba feliz.


Sin Respuestas


Marcos estaba acostado de lado, sentía que los músculos le dolían como cuando entrenó 3 días seguidos para una maratón del instituto, lo que fue su primer y último intento de hacer deporte, sin embargo ya no le dolía la espalda, y respiraba tranquilo, lo único que quería hacer era dormir.

Pero las miradas de los enfermeros lo mantenían alerta, no los culpaba, probablemente el miraría con la misma expresión a alguien que tuviera… ¿alas?... que raro sonaba, ¿de verdad era posible? ¿Por qué él? No era un santo ni nada de eso, ni siquiera era alguien cercano a la iglesia o a otra religión, siempre se sintió algo discriminado por ser un joven sin padre, así que jamás le interesó tener ese tipo de relación con Dios.

¿Dios? ¿Tendrá que ver algo con lo que pasaba?

Estiró su mano como pudo para sentir aquellas cosas que crecían en su espalda las sintió muy ásperas, algo escamosas, recordó la piel de los pollos desplumados, o cuando a algún ave le están por salir plumas nuevas.

- ¿Voy a tener plumas?- dijo en voz alta aunque para si mismo.
Varios se sobresaltaron al escuchar su voz,
- Tranquilo joven – le dijo una de las auxiliares – la doctora esta en camino con su mamá, para que le pregunte lo que quiera, lo importante es que está bien.
- Gracias, es que de verdad no entiendo por que… me pasa esto – Marcos iba a agregar otra cosa, pero le sorprendió ver una intensa mirada de desconfianza por parte de uno de los enfermeros, hasta ahora las miradas eran de extrañeza e incluso miedo, pero ¿desconfianza? ¿Por qué? Incluso creyó distinguir una buena cuota de rechazo.

- Como estas amor- le dijo Josefa, que ni siquiera miró las alas – la doctora dice que ya estas bien, yo por poco me muero del susto.
- Mamá, ¿sabes por que me pasa esto?, no entiendo nada – dijo Marcos mirando de reojo al enfermero desconfiado.
- Creo que yo estoy tan o más extrañada que tú pollito… - se detuvo – creo que no será prudente que te llame así, al menos hasta que te saquen esas cosas – agregó con una sonrisa sincera.
Si no hubiese estado tan nervioso, Marcos también se habría reído.
- Ahora lo más importante es que estas bien – dijo la doctora – pero te advierto que las cosas andarán muy enredadas, este es el sueño de cualquier genetista, cirujano o cualquier persona ligada a la ciencia médica. Aparte del tema con la prensa, acabo de mandar a un equipo de periodistas a psiquiatría por andar buscando a un ángel.
- ¿Pero como se enteraron? Además yo no soy ningún ángel.
- El rumor ya recorre el hospital – dijo la doctora mirando al personal como acusándolos de ser poco discretos – es cuestión de tiempo antes de que tú “situación” sea pública… en cierta forma será una ventaja para ti.
- No le veo ninguna ventaja – dijo Marcos.
- En realidad será bastante incómodo pero por otro lado, conozco como se manejan este tipo de situaciones (aunque esto jamás había pasado antes en realidad), y como por suerte tus análisis de sangre no muestran ningún tipo de bacteria, virus u otra sustancia que pueda llevarnos a la conclusión de que tu problema sea contagioso. Habrá menos riesgo que te pongan en cuarentena, donde harían una serie de experimentos para descubrir que es lo que pasó, si los medios aseguran tus derechos humanos, aunque sea con la sola intensión de sacar una noticia.
Marcos se imaginó lleno de tubos y de agujas, y casi pidió el teléfono para llamar al noticiero central. Pero otra oración escapó de su boca.
- Doctora, ¿Qué es lo que me pasó?
La doctora Ángel, sintió las miradas de la madre y el hijo, suspiró y dijo lo único de lo que estaba segura.
- No lo se Marcos.



La Vidente


Nuaneva despertó en ese momento, se puso las pantuflas y una bata ligera, hacia calor pero el rocío de la noche le podía dañar los pulmones, ya medios complicados por culpa del cigarrillo. Salió a la calle y paró a un taxi.
- Al Hospital por favor, y apúrese, no todos los días uno va a salvar al mundo.



El Trío Maravilla


Samuel, Pablo y Marcos se conocieron el primer día de instituto, y se odiaron mutuamente. Samuel era el típico niño rico que había fracasado en todo y que se metía a este lugar como para hacer que sus padres gastarán más dinero. Pablo, por el contrario, no contaba con su familia para nada, y todo, desde estudiar hasta pagarse el instituto parecía costarle el triple que a los demás. Y Marcos era el chico bueno y simpático que caía bien casi de inmediato.

Cuando el profesor de Programación los hizo juntarse para hacer el primer trabajo, Marcos ofreció su casa para reunirse, con el objetivo de estar en sus terrenos y mantener a raya a esos dos pelmazos, Samuel aceptó con la intención de que los otros hicieran todo el trabajo, y Pablo aceptó por que no permitiría que lo tratarán como a un inútil. Claramente, la reunión empezó con el ambiente muy tenso, y los tres estaban a la defensiva.

Josefa estaba trabajando en ese momento, pero dejó preparados unos taquitos con guacamol y pavo que según la receta de su madre, era capaz de hacer que las personas suspiraran sus penas y las dejaran lejos.

Increíblemente eso fue lo que pasó, y todo empezó con una simple pregunta de Marcos.
- ¿Qué hacen sus padres? – fue algo casual, y era una pregunta que solía hacer en función de saber cómo eran las cosas para los “hijos con papá”, como decía él desde pequeño.

Samuel tenía el taco en la mano y aún no lo probaba, así que comenzó con el texto habitual que tenía para esas ocasiones.
- Mis viejos son dueños de una Naviera, se fueron a Venezuela Exiliados y nos volvimos hace 10 años, millonarios y prestigiosos – se interrumpió para probar el Taco, después de tragar agregó – se lo pasan viajando por todos lados, las únicas conversaciones que tenemos es sobre como voy a echar a perder lo próximo que haga. Y generalmente son por teléfono o por e-mail. Hace dos semanas estuve de cumpleaños, y cuando me llamaron, fue para recordarme que no fuera a rayar el auto si salía – cuando se dio cuenta de lo que había dicho, Samuel solo pudo agregar algo más – Esto está buenísimo – ignoró completamente las miradas extrañadas de los otros dos, por que de repente se sintió más cómodo, y ya no le caían tan mal.

Cuando las miradas se posaron sobre Pablo, este entendió que era su turno, y si bien ya se había comido su Taco, el suspirar lo hizo atragantarse un poco.
- … Perdón, me atoré – tomó un poco de agua – mi papá trabaja en lo que puede, nada estable, se desaparece de la casa cada cierto tiempo. Mi mamá nos dejo hace como 6 años, así que yo me hago cargo de mi hermana menor, no hay mucho que decir, solo que a veces me dan ganas de mandar a todos lejos…(suspiro) Pero creo que ahora, las cosas empezarán a estar un poco mejor.

- Te toca – le dijo Samuel a Marcos.
- Me hubiese gustado saber por qué mi papá no me quiso, pero mi mamá es increíble, hace todo lo que puede para que no me sienta solo, aunque no le resulta del todo.
Hubo unos segundos de silencio.
- En fin – dijo Samuel – yo pensaba dejarles todo el trabajo a ustedes, pero creo que sin mí están perdidos.

Luego de esta declaración, no pararon de reír hasta que terminaron el trabajo. Y se acompañaron en todo lo que pudieron durante los dos siguientes años, así se hicieron conocidos en el instituto como el Trío Maravilla.


El Reencuentro



- Disculpe Doctora, los jóvenes preguntan si pueden ver a Marcos – dijo Javiera desde la puerta de la sala.
- Espere un momento Doña Javiera, ya salgo – luego dijo a su paciente – mira, oficialmente estas bien, hay que esperar que las heridas terminen de cerrar, lo cual esta pasando increíblemente rápido. Creo que por la mañana podremos ver que es lo que pasa, y llamar algunos expertos para que te revisen. Por ahora te recomiendo ver a tus amigos, y estar acompañado-.
- Pero tal vez se asusten - .
- Hijo – dijo Josefa – son tus amigos, se merecen la oportunidad de decidir si les asusta o no. Fíjate en mí, estoy aterrada, pero no dejaré que te pase nada malo.

Cuando los chicos pasaron, trataron de disimular todo lo que pudieron la preocupación y el asombro, pero tal como cuando comieron los Tacos de guacamol y Pavo, las preguntas salieron de sus bocas como suspiros.
- Bien – dijo Samuel – ¿eso quiere decir que ya no comeremos otra cosa que maíz o algo así? Por que a mí me siguen gustando los asados de tu mamá, sobre todo el Pollo al Limón.
- Y espero que las plumas sean blancas – Agregó Pablo – nada de rojas ni otros colores raros, y cuando andemos en la calle recuerda decirle a las chicas que estamos “bendecidos o algo así”.

La risa le permitió a Marcos liberarse de la tensión, solo entonces se dio cuenta que estaba amaneciendo, con lo que terminaba la noche mas larga y extraña de su vida… al menos, la más rara de su vida hasta ese momento. A eso de las 7 de la mañana, la Doctora mandó a los muchachos a sus casas, y a Josefa a dormir al sofá del cuarto donde dejaron a Marcos, el que se quedó profundamente dormido, estaba agotado.

Nuaneva entró tranquilamente en la habitación, aunque no hizo nada para esconderse nadie advirtió su presencia. Cuando vio a Josefa, recordó el encuentro que tuvo con ella, hacía tantos años, y le encantó ver lo poco que había cambiado, lo que tenía que decirle a ella y su hijo era muy importante, pero se acomodó en una silla a esperar que despertaran.

Curiosamente Josefa estaba soñando con el encuentro que tuvo con esa extraña gitana, que en forma muy amable le dijo “… él sabrá como volar”.

- ¿Volar? – exclamó Josefa despertando de su sueño.
- si querida, volar – dijo Nuaneva - Deberías despertar a tu hijo, hay algunas cosas que les quiero conversar.



La Segunda Pesadilla



Marcos había tenido otras veces ese sueño, pero en esta ocasión habían sutiles diferencias, siempre sintió que llevaba una pesada mochila que apenas podía soportar en la espalda, y ahora se dio cuenta que eran sus alas, pero no los muñones feos que tenía en el hospital si no que 2 grandes y hermosas alas grises, las cuales podía expandir y que le permitían equilibrarse mejor, caminaba otra vez por las calles vacías de una ciudad que no había visitado jamás, y aunque era pleno día, no había absolutamente nadie.

En su sueño, Marcos caminó por las calles durante un rato, buscando alguna señal de vida, sin embargo solo podía ver como por todos lados crecían hojas y flores.
Sin embargo también se dio cuenta que el silencio absoluto no era tal, había ruido de aves y otros animales, que poco a poco le dieron la sensación de estar en un parque o un bosque… o una selva.

Se dio cuenta que no era verdad que no hubiese nadie, solo faltaban los seres humanos. Justo cuando se preguntaba que pasaba, una ráfaga de viento movió unos periódicos viejos, en la portada de uno de ellos había un hombre con los ojos desorbitados, y el titular decía “TODO ES CULPA DE LOS ÁNGELES DE LA MUERTE”. Y el subtítulo decía “muere el 60% de la población mundial”.


Las Respuestas


Cuando Marcos abrió los ojos su madre lo miraba con preocupación, cuando aclaró la vista se dio cuenta que había otra persona en la habitación, al principió, pensó que doña Javiera se había quedado con él luego de terminado su turno, pero se fijó en la bata multicolor y entendió que era otra persona.

- Hijo te quiero presentar a Nuaneva, es gitana y creo que sabe algo de lo que esta pasando.
- Hola jovencito, estoy algo emocionada, he esperado toda mi vida este momento – dijo Nuaneva.

Marcos no sabía si confiar o no… una gitana, siempre le dieron algo de miedo, pero los ojos miel de la anciana parecían brillar de emoción verdadera, y después de que Josefa le narrara el encuentro que tuvieron las mujeres durante su gestación, decidió escuchar lo que le tenía que decir.

- Bien, lo primero que tienes que saber es que lo que te pasa no es malo en absoluto, pero lamentablemente no todos lo entenderán así, habrá gente que se asusté y se aleje, pero los que te quieren de verdad estarán a tu lado. Aún así tienes que tener cuidado, no faltarán los que se acerquen para sacar provecho de ti.
- Agradezco su consejo, pero eso es algo que no me sorprende, lo que a mi me gustaría saber es exactamente qué y por qué me esta pasando esto.
- Ah, claro, lo que pasa es que tienes que salvar al Mundo – dijo Nuaneva con un tono cotidiano, como si anunciara que ya eran las 10 de la mañana.
- ¿Salvarlo de que?
- Como que ¿de que?, de nosotros por supuesto, tienes que evitar que los seres humanos destruyamos este planeta.
- Disculpe pero no entiendo nada.
- Hijito, piensa en esto, cuando tu te enfermas, si eres irresponsable y no te cuidas llega el punto en que la enfermedad llega a ser tan grave, que hay que intervenir o morirás. Eso le pasa al planeta tierra, que es un ser vivo, los desequilibrios están llegando a tal punto que hace falta una intervención o morirá.
- ¿Pero quien es el que hace esta intervención? – preguntó Josefa.
- Dios, La Pacha Mama, Alá, El Padre Supremo, Buda, o como quieran llamarle, si la tierra es el enfermo, él (o ella) es el doctor y – mirando fijo a Marcos, Nuaneva agregó – ustedes son el antibiótico mi amor.
- ¿Ustedes? – preguntó Marcos.
- Si – contestó Nuaneva como no entendiendo la pregunta, luego su cara se iluminó y dijo – ah que tonta soy, olvidé comentarte que hay tres más como tú.
- ¡Tres más! ¿Dónde? – preguntó Marcos esperando verlos entrar por la puerta.
- Eso no lo se, tendrán que encontrarse entre ustedes, no creo que sean de este continente, tengo entendido que hay uno por sector terráqueo.
- Disculpe señora -.
- Dime Nuaneva amor-.
- Nuaneva… no puedo creer lo que me está diciendo, es imposible, no… ¿Qué es lo que se supone que tenemos que hacer?
- Eso tampoco lo se amor, yo solo tengo la información que te ayudará a empezar este camino. Eso, si decides tomarlo, aunque las alas no te dejarán olvidarlo fácilmente.
- Como sabes todo esto Nuaneva – preguntó Josefa.
- Mi niña, yo nací sabiendo esto, no se como, incluso antes de saber hablar. Cuando era pequeña dibujaba hombres con alas en la arena, y cuando crecí me di cuenta que solo tenía que esperar, por mientras aprendí todo lo que pude sobre el asunto, incluso abandoné a los de mi pueblo cuando reconocí esta ciudad, como el lugar donde nacería el ángel que me tocaba guiar. Dejé que se marcharan, y me quedé a vivir acá… ha sido una espera muy larga, hasta que te encontré ese día en la plaza, con tu barriga a medias y con cara de pena. Lo supe de inmediato, no tendría que haberte hablado en ese momento pero no pude contenerme, ya estaba vieja entonces, por último una pista dije yo, pero veo que me dieron los años que se necesitaban.
- Que edad tiene Nuaneva – preguntó Marcos.
- jajajaja eso no se pregunta hijito, pero creo que dejé de contar cuando cumplí 102 – dijo Nuaneva con la cara llena de risa.


La Huída



- Bien Nuaneva, la verdad aun no se que creer, y no pienso tomar una decisión de nada a ciegas, así que te agradecería que me dijeras todo lo que sabes – dijo Marcos después de recuperarse del asombro.
- Si hijito, pero lo primero será salir de acá, la doctora que te atendió es de fiar, pero no puedo decir lo mismo de su jefe.
- ¿Quieres que salgamos a escondidas?- preguntó Josefa, tomando su bolso como para salir en ese minuto.
- Hum creo que es mejor que salgamos después de la conversación que tendrás en unos momentos con los doctores, si te pones firme no tendrán argumentos para retenerlos aquí.
- ¿Pero a que conversación te refieres? –
- Amor, escucha, ya se acercan al pasillo – dijo Nuaneva, y Josefa se acercó a la puerta, y la abrió solo para tener una mejor forma de escuchar. Por el pasillo, en efecto, venía la Doctora Ángel, con otro hombre con bata blanca, claramente un superior.
- Doctor Martínez, le repito que los exámenes no muestran ningún organismo, virus o bacteria que nos haga pensar que se trata de algo peligroso, de hecho Marcos… el paciente, se encuentra en excelente estado de salud. Se que parece increíble pero con el surgimiento de estas… nuevas extremidades, se alineó su columna y las muestras de sangre que sacamos antes y después del… crecimiento, solo confirman que el chico esta mejor que nunca, aparte de un cansancio comparable con el de una madre al dar a luz por parto natural, no hay razón para mantenerlo en cuidado.
El Doctor Martínez, claramente molesto, se detuvo en seco.
- Le prohíbo que comente esto al paciente o a su madre, ese joven puede estar en un excelente estado, y eso solo hará mejoras respecto a las pruebas físicas necesarias para documentar este suceso, podríamos estar hablando de un salto evolutivo… e independientemente de eso, estamos hablando de un hecho que pondrá el nombre de este Hospital en la historia mundial. No permitiré que sus senciblerías acaben con esta oportunidad, hablaremos con la madre para informarle que esta en la obligación de dejar que investiguemos a su hijo, provablemente a ella como madre biológica del sujeto también habrá que hacerle análisis. La quiero callada y si no me quiere apoyar al menos manténgase al margen o puede despedirse de su residencia, y por supuesto de su cupo en la comunidad médica.
- Esto es éticamente incorrecto, no puede convertirlo en un conejillo de Indias – dijo la doctora Ángel muy preocupada.
- María, hay miles de conejillos de indias en el Mundo – dijo el doctor Martínez, para agregar con una mirada de ambición – este muchacho es el único en su especie, créame cuando le digo que lo trataré con mucho cuidado todo lo que me sea posible.
Cuando los doctores abrieron la puerta, vieron como Marcos acababa de colocarse los pantalones mientras Josefa y Nuaneva hacían agujeros en su camisa y chaqueta para pasar las alas por ellas.
- Doctora Ángel – saludó Josefa muy tranquila – Marcos ya se siente bien, y las heridas terminaron de cerrar, así que nos vamos a casa, que bueno que vino a despedirse.
- Señora, me presento, soy el doctor Esteban Martínez, Director de este Hospital. Lamentablemente creemos que es necesario que su hijo pase al menos otros 2 días en el hospital para análisis.
- Pero los exámenes salieron todos correctamente, mi Marcos no tiene nada, solo le salieron alas – agregó Josefa seria, pero en tono casual.
- Si pero comprenderá que tal fenómeno no es nada común, el sujeto en si…
- Aclaremos algo doctor, mi hijo es Fenomenal, no fenómeno. Le salieron alas y aunque aun no se por qué, creo que ahora lo mejor es que esté en su casa con su familia y amigos. No tengo intensiones de perjudicarlo, podrá si quiere hacer un seguimiento, a una distancia prudente, y bajo mi atenta mirada – luego se dirigió a la Doctora Ángel – doctora, ¿hay algún motivo para pensar que es peligroso que mi hijo descanse en su casa? -.
- No Josefa.
- ¿Hay algún peligro para las demás personas?
- Fuera del susto de la primera impresión, en realidad yo diría que no.
- Pues bien, está todo aclarado – determinó Josefa – doctora será bienvenida en mi casa siempre que quiera, y le pediría que observara la evolución de todo esto… de preferencia sola. Bien, el sujeto y su Madre se retiran, ¿me da permiso doctor? –
- Señora, creo que no es conciente del gran valor científico de esta….
- Créame señor que soy conciente del gran valor que tiene mi hijo para mí, y si no se quita de en medio, su mandíbula será la que tome conciencia después del puñetazo que le daré, y créame cuando le digo que no le conviene tentarme, no es la primera vez que noqueo a un hombre. Hasta luego doctora. Nuaneva, Hijo, nos vamos ahora -.

En absoluto silencio Josefa, Marcos y Nuaneva salieron de la habitación, Marcos se dio cuenta que la doctora Ángel disimulaba una sonrisa mientras el doctor estaba rojo de rabia. Apenas habían salido del pasillo (Marcos ocultaba sus alas bajo un abrigo largo que le había traído su madre por si hacía frío), escucharon los gritos de un hombre “¡es él, no lo pierdan!”. Josefa reconoció de inmediato al periodista que, comandando a un grupo de camarógrafos, corrió hacia donde estaba Marcos y le arrancó el abrigo con la mano. Los flash no se hicieron esperar y se dispararon por montones mientras Alejandro, daba la exclusiva para el canal en vivo, y su primera pregunta a Marcos fue.

- ¿A que viene a este planeta? -.

Frente a esa situación, Marcos tomó a su madre y salió corriendo por el Hospital, cuando pensó en Nuaneva, se dio cuenta que ella corría a la par con ellos y hasta le dio la sensación que la gitana podía correr a mayor velocidad aún. Cuando salieron a la calle, Marcos pensó en buscar un taxi pero una enorme camioneta que le resultó familiar se paró frente a ellos.

- Suban rápido – dijo Pablo desde el asiento del copiloto.
Una vez dentro del vehículo, conducido por Samuel, este salió a enorme velocidad por al avenida, hasta que perdieron de vista a los periodistas.
- Llegaron caídos del cielo niños - dijo Nuaneva.
- En realidad solo fuimos por la camioneta a mi casa, estábamos haciendo guardia desde que vimos a los periodistas conversar con la Señora Jo – digo Samuel.
- ¿Habían hablado contigo mamá? –
- En realidad hablaron con la Doctora Ángel hijo, pero ella te protegió al igual que de ese doctor de pacotilla.
- ¿Cuál doctor de pacotilla? – Preguntó Pablo – eh y… ¿quién es usted? – agregó dirigiéndose a Nuaneva.
- Lleguemos a mi casa y les contaré todo – dijo Marcos.
- Será mejor que vallamos a la mía – dijo Samuel – es más grande, no hay nadie más y al sector solo se entra con permiso.
- Pero eso te puede traer problemas Samuel – dijo Josefa.
- Señora Jo, es la primera vez en la vida que estoy en un problema en el cual me quiero meter de verdad – dijo Samuel con mucha alegría.

Era la primera vez que Marcos iba a la casa de Samuel, y a falta de un adjetivo más humilde solo se podía decir que era “grandiosa”, aunque esa característica la hacia ver a su vez, en extremo solitaria. Samuel por su lado estaba feliz de que por fin hubiese gente que le agradara en su hogar, acomodó a Marcos en el sillón favorito de su padre y trajo de la cocina una bandeja de cosas para picar y varios tipos de jugos.

- Señora Jo, por fin podrá probar como cocino – comentó Samuel muy alegre – y por mientras te pediría que nos pusieras al día – le dijo a Marcos.

Durante la siguiente media hora sólo habló Marcos, en resumidas cuentas para compartir con sus amigos todo lo que le dijo Nuaneva, al terminar miró expectante a sus amigos, casi con la esperanza que alguno preguntara en donde diablos estaba la cámara indiscreta.

- Aún hay varias cosas que no entiendo – dijo Pablo – y tu sabes Marcos que mi relación con Dios no es de las mejores que digamos. Si hubieses tenido fiebre y luego se te pasa y me cuentas esto. Te llevo al psiquiátrico en cuanto la señora Jo te descuidara por unos minutos… pero el punto es que… tienes alas… eso cambia mi concepto de Fe, aunque reconozco que no se en que dirección.
- Esto puede provocar terror – dijo Samuel.
- ¿Por qué? No he hecho nada malo – apuntó Marcos.
- Lo se amigo, eres más bueno que el pan integral, pero piensa en la gente. En los que profesan Fe y los que no, todos querrán saber más, las distintas iglesias van a pedirte que las declares las verdaderas por sobre las otras, no faltarán los que te pedirán milagros, y cuando vean que no puedes (por que supongo que no puedes), será más peligroso.
- Pero no haré nada, ni para un lado ni para otro -.
- Tus amigos tienen razón – dijo Nuaneva – la mayoría de las religiones funcionan en la base de que si no estas en ellas…
- Estas en contra de ellas – completó Josefa – y sólo estamos hablando del tema de la Fe, piensa en la ciencia, lo que dijo ese Médico en el pasillo, es solo una muestra de lo que intentarán hacerte hijo, tendrás que tener mucho cuidado.
- Pero necesito saber más – dijo Marcos dirigiéndose a Nuaneva – por favor, cuénteme todo lo que sepa.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Ángel

(De Andrés Olea Rebolledo, todos los derechos reservados).


La doctora Ángel llevaba 6 horas y 4 cafés en el turno de noche del Hospital de Concepción, hacia calor, lo cual era extraño para una noche de Julio en una ciudad tan al sur del planeta. Sin embargo la extraña temperatura no era nada de extraña al lado de la inmensa tranquilidad que, por primera vez en los 4 años de la Doctora en el lugar, parecía inundar cada rincón del antiguo hospital. No había quejidos, ni peticiones, ni lamentos. La sala de urgencias estaba vacía y hasta los más agónicos pacientes permanecían en una etapa de ensueño que al principio alertó a los funcionarios del hospital, pero luego los dejó en un mutismo colectivo de incómodo temor.

Temor que era compartido por la Doctora María del Carmen Ángel, 26 años, pequeña, delgada, de delicados ojos café y pelo castaño, pero capaz de saltar sobre una camilla para hacer resucitación o de meter sus manos dentro de un útero para sacar a un bebé mal ubicado, con una entrega total a su vocación que le valió el apodo de “el Ángel doctor”, entrega total, que cambiaría por completo esa noche.

Caminaba por vigésima vez el trayecto desde su oficina a la sala de recepción, esta vez con dos tazones de humeante café, el sin leche era de ella, el otro, era para la recepcionista, Javiera, o Doña Javiera como le decía la Doctora, a pesar de la costumbre de que los rangos inferiores trataban de usted a los superiores y al contrario los superiores tutearan a los subalternos, María no podía tratar de “tú” a una señora de 57 años.

- Tome doña Javiera, espero que le guste.
- Angelito, por que no me dice Javierita no más, como el resto del personal.
- Por que mis padres se levantarían de su tumba solo a abofetearme por ser tan falta de respeto.
- A los años?
- A la Experiencia.
- Jajaja, siempre tan amorosa, pero le digo algo, en mis 38 años de servicio a la salud, jamás había tenido una experiencia como esta – dijo Javiera mirando alrededor – un hospital así de tranquilo… debería ser una bendición, pero por algo que no me explico, solo le puedo decir que me siento muy asustada.
- A mi me pasa igual, creo que a todos nos esta dando miedo, entre esto y el calor pareciera que…
- Se acabará el mundo…

Se produjo un instante de silencio, ambas se miraron y dieron un sorbo a sus respectivos tazones, luego se largaron a reír en una sonora carcajada que hizo saltar de susto a varios alrededor.

Pero la carcajada se tuvo que cortar, la puerta principal se abrió de par a par, una madre desesperada encabezó la comitiva, pedía ayuda para su hijo, detrás de ella dos jóvenes traían a rastras a un tercero, cuya palidez le hizo creer a la Doctora Ángel que el chico ya estaba muerto, hasta que escuchó su voz.
- Por favor…, mi espalda, el calor… - luego el joven se desmayó.

Esa mañana

Marcos se había levantado tarde para su último día de clases, antes de las vacaciones de invierno, las pesadillas que tenía desde hace tres semanas, otra vez le hicieron estar más cansado que de costumbre. Sin embargo, el frío de esa mañana le despertó lo suficiente como para que pudiera concentrarse en los últimos informes que le dieron en el instituto, en general no era un mal balance para el semestre, podría disfrutar de las vacaciones y estaría tranquilo para el campeonato de pool que tendría en la tarde con dos amigos del instituto en su casa.

A media mañana, Marcos miró al cielo y vio el círculo casi perfecto que se formó, abriendo un espacio entre las nubes. Fue entonces cuando comenzó a sentir el calor en su espalda.

La madre de marcos, Josefa, era una mujer grande y esforzada, excelente chef de un conocido hotel de la Ciudad. Se las había arreglado para sacar adelante a este hijo tímido pero brillante, a pesar de todo lo que se puso en contra de su nacimiento, el abandono del padre, 3 accidentes serios durante la gestación y los eternos 7 segundos sin respiración del bebé recién nacido, le hacen sorprenderse hasta las lágrimas cada mañana, cuando este joven de metro 80 le dice “me voy a clases mamá, te quiero mucho”, desde la entrada de su habitación. Ya que ella duerme hasta más tarde, debido a los horarios de trabajo.

Sin embargo, esa mañana, no hubo problemas para levantarse más temprano, y acompañar a su hijo en la tarde, cuando llegara con sus amigos, tenía unos días libres y pensaba aprovecharlos al máximo. Estaba más preocupada por las pesadillas, que por el posible resultado del semestre, Marcos era naturalmente inteligente, y no parecía requerir mucho esfuerzo el que obtuviera buenas calificaciones. Pero nunca había tenido pesadillas en sus 20 años de existencia, y cuando comenzó a notar las ojeras en la cara de su hijo se inquietó, la invadió una intranquilidad que superaba su reconocida sobreprotección.

Josefa también vio el círculo en las nubes y le extrañó lo rápido que se fue el frío de la mañana.

A eso de las 2 de la tarde, Marcos llegó junto a Samuel y Pablo a su casa. Josefa les tenía preparada una carne asada con puré de papas y salsa, que era el plato favorito de Marcos, y de sus amigos, “los vikingos” como les llamaba Josefa.

- hola señora Jo - dijeron los muchachos al entrar.
- hola chicos, como estuvo el semestre? –.

Las irregulares muecas de los vikingos la hicieron reír, pero la cara de su hijo le borró la sonrisa de un plumazo, Marcos entraba pálido, con una media sonrisa en el rostro

- Estoy bien, solo creo que pesqué una gripe o algo parecido – dijo Marcos – aun así no les daré espacio a estos para que me ganen en el pool – agrego mirando a sus amigos.

Pero la verdad es que las cosas no mejoraron, a medida que la tarde avanzaba y la temperatura subía, Marcos se ponía más blanco y sudaba con mayor intensidad, aunque trató de mantener el estado anímico alto, en la tarde comenzó a faltarle la respiración. Pensando que se trataba de una baja en las defensas y una repentina fiebre, lo acostaron en su cama y Josefa le empezó a dar líquidos, aterrada, solo esperaba una muestra de dolor para llevarlo al hospital. Samuel y Pablo no quisieron irse a su casa, hasta ver que Marcos estuviese mejor.

Durante algunas horas, Marcos estuvo más tranquilo, solo sudando y con molestias en la espalda. Fue justo a la media noche cuando comenzó a gritar.


La Primera Pesadilla

Marcos se encontraba en una alta sala circular, en una silla curva cuyo alto y extraño respaldo le proyectaba una leve sombra sobre el rostro, al igual que a los otros tres que lo acompañaban en la sala. De pronto, apareció una esfera de cristal en sus rodillas, y aunque fue consiente de que a dos de los otros tres se les aparecieron más esferas (al cuarto no se le apareció nada), eso no le molestó. Lo que si le extraño, fue ver el sereno rostro de su madre en la esfera, por lo cual la tomo con seguridad en sus manos.

Luego, unas antiguas cajas de madera aparecieron flotando frente a cada uno, al abrirse, Marcos vio que la caja contenía el espacio preciso para depositar su bola de cristal. El entendió que debía dejarla en la caja y así lo hizo, con preocupación, ya que comprendió que esa bola era su madre. Una vez depositadas, las cajas se cerraron y se alejaron, de alguna forma, Marcos supo que era lo correcto, sin importar que representaban esas esferas, ellas estaban donde tenían que estar “a salvo” pensó.

El individuó sin esferas ni se inmutó cuando su caja se fue sin ni siquiera abrirse. Pero otro de los jóvenes sentados se inquietó mucho, cuando movió las piernas por la intranquilidad (que era lo único que las sombras de las sillas permitían ver claramente), marcos se dio cuenta que era una mujer.

Un repentino movimiento los sacudió a todos, sin embargo, parecían pegados al respaldo de la silla, el movimiento parecía crecer y Marcos sintió que subían, a pesar del ruido, no hubo mayor miedo entre los 4 jóvenes, hasta que la muchacha empezó a gritar.

Marcos vio como desde el regazo de ella, una esfera de cristal salió directo al suelo, al parecer ella no había querido dejarla en la caja y la escondió todo lo que pudo, pero el movimiento la hizo saltar. Cuando la esfera se rompió en el suelo, Marcos sintió que las nauseas lo invadían, mientras que de los trozos de cristal manaba una gran cantidad de sangre. La muchacha por su parte gritaba de horror, aun pegada a la silla, sin poder hacer nada, al igual que Marcos, al igual que los otros dos jóvenes que estaban junto a ellos, la sangre lo envolvía todo, los inundaba de pena y dolor, los ahogaba.

Marcos despertaba gritando cada vez que tenía ese sueño.



La Espalda

En el box de urgencias, apenas con pulso y casi sin respiración estaba Marcos. La doctora Ángel estaba consternada, al parecer su paciente debía estar en coma, pero todas las funciones neuronales estaban en perfecto estado, los reflejos, las pupilas, todo. Lo más insólito era la temperatura del paciente, si la doctora hubiese sabido que la madre del chico era chef, habría asegurado que la mujer traía a su hijo luego de coserlo en una olla gigante. Fuera del box, Javiera trataba de controlar a Josefa, que estaba al borde de una crisis de pánico, mientras Samuel y Pablo caminaban en círculos por los pasillos.

Cuando se preparaban para traer hielo y tratar de bajar la temperatura de marcos, este empezó a convulsionar, se sacudía tan fuerte que lanzó lejos a los forzudos enfermeros que trataron de mantenerlo fijo en la cama. En un instante de conciencia, Marcos grito “mi espalda”, mientras seguía convulsionando.

-¡¡¡ Hay que voltearlo, ahora!!!- grito la Doctora.

Cuando lo hicieron, todos vieron con asombro esas dos protuberancias que se inflamaban en la espalda de Marcos, justo a cada lado de la espina dorsal a la altura de los omóplatos. Al parecer fue una sabia decisión cambiar la posición de Marcos, ya que dejo de convulsionar, aunque comenzó quejarse por el dolor, lo que era un buen signo de conciencia.

La mente de la doctora Ángel repasaba los conocimientos de la escuela de medicina “inflamaciones, ganglios, posibles virus, bacteria asesina, hinchazón psicosomática”, tratando de buscar una explicación a todo lo que había pasado y a lo que veía pasar, mientras la impotencia la invadía al ver como crecían las protuberancias, mientras veía la piel enrojecida de ese pobre muchacho que (estaba segura) no sobreviviría esa noche. El cuerpo de Marcos dejó de moverse, solo las protuberancias se retorcían debajo de la piel, provocando quizás que horrorosos dolores en la espalda del joven, cuya respiración se hizo más notoria y constante. Durante unos segundos se produjo una tensa tranquilidad, Marcos sollozaba, mientras el personal del hospital observaba con profunda pena la resignada agonía del muchacho.

- Por favor - se escucho la voz terroríficamente tranquila de Marcos – por favor…
- Acá estoy – dijo la Doctora mientras se acercaba – dime, lo que sea, te ayudaré -
- Por favor… déjeme morir – dijo Marcos mirando profundamente los ojos y el alma de la Doctora, que por primera vez en muchos años, sintió que las lágrimas la inundaban.
- Te prometo que no te dejaré – digo la Doctora con todo el corazón – te juro que saldrás adelante.

Se colocó cerca de la espalda de Marcos y pidió un bisturí.

El procedimiento duró menos de lo que la doctora esperaba, tocó las protuberancias y se dio cuenta que eran como dos gusanos que tenían un origen, que parecían estar pegados a el, como una especie de raíz, y que los extremos trataban de abrirse paso recorriendo la espalda de Marcos. Con gran precisión, hizo dos incisiones paralelas en la espalda, introdujo las manos y sacó las protuberancias, dejándolas “en libertad”.

Solo entonces se dio cuenta que eran alas, seguramente no fue la única que llegó a esa conclusión, dos de las auxiliares se persignaron y un enfermero se puso a rezar, mientras ella miraba con asombro como las protuberancias tomaban firmeza y se acomodaban en la espalda de marcos, mientras este parecía volver a respirar con tranquilidad.